LA MUJER DE NEGRO

Remake, con los mismos protas, de este clásico contemporáneo para aullar de nervios. Gutiérrez Caba y De Juan, sencillamente, lo bordan. Por M. Domínguez
Ni siquiera un ventilador con potencia de helicóptero puede ahuyentar ciertos fantasmas. Bien lo sabe Arthur Kripps (Emilio Gutiérrez Caba). El hombre, un abogado maduro, quiere librarse de un mal sueño que lo persigue desde hace años, desde que destrozó su existencia y la de los suyos. De modo que alquila, en un pueblecito inglés, un teatro, actor incluido (Jorge de Juan), para revivir esa experiencia espectral tan poderosa y ver si así la evapora. Pero, ya lo dijo Lovecraft, no conviene despertar un monstruo que se ignore cómo dominar. Originalmente una novela de Susan Hill, La mujer de negro viste ropajes dramáticos gracias a Stephen Mallatratt. La Pavana la estrenó hace un lustro con aplausos de crítica y público –hasta 300 funciones duró– y, mira por dónde, con el mismo dúo actoral. Hoy regresa por sus fueros en la versión de otra productora –El Palenque, del coprotagonista De Juan–, con nueva puesta en escena y un director distinto, Eduardo Bazo, el fundador del teatro-escuela La Recova y responsable de varios exitazos en las marquesinas patrias. Juegos de suspense y pavor que inundarán de nervios contenidos y vítores estruendosos al Infanta Isabel.
LA MUJER DE NEGRO
Autora: Susan Hill (novela)
Adaptación: Stephen Mallatratt.
Director: Eduardo Bazo.
Intérpretes: Emilio Gutiérrez Caba y Jorge de Juan.
Teatro Infanta Isabel (Madrid).
Desde el 11 de abril.
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