INNANA

Una diosa mesopotámica inspira a Carolyn Carlson un brindis danzante a la salud de la mujer. La cita: sobre las tablas de Barna y con siete bailarinas, siete. Por J.Elliot
Los sumerios no sabían estarse quietos. Además de dedicarse a romperles la cabeza a mamporros a sus vecinos, les daba por innovar en sus momentos de ocio. Así que un día pergeñaron, junto a otros dioses que se echaron, una deidad que respondía al nombre de Inanna. Esta señora divina se parecía un poco a la Atenea griega. Era una tía, por empezar, y combinaba atributos creativos y destructivos: sensibilidad y belicosidad, poder y belleza. Carolyn Carlson, coreógrafa californiana tan culta como cosmopolita, ha desenterrado del olvido a esta diosa para dar título e inspiración a una pieza de danza contemporánea. Inanna, dicho espectáculo, se sirve de siete bailarinas, dinámicas variadas y una plasticidad encomiable con un solo objetivo: alzar una copa por la mujer representando su esencia, la femineidad, en todas sus facetas. Rabia, ternura, intuición y muchos nervios para conseguir plasmar ese misterio universal y cotidiano. Un trabajo a la altura de una coreógrafa fecunda como su diosa sumeria, autora de casi cien obras desde sus primeros pasos públicos en 1972.
INNANA
Dirección: Carolyn Carlson.
Bailarinas: Chinastu Kosakatani, Isida Micani, Christina Santucci, Sara Orselli, Alessandra Vigna, Sonia Rocha y Sara Simeoni.
Mercat de les Flors (Barcelona).
Del 1 al 4 de febrero.
www.mercatflors.org