MEDEA

La compañía Katona de Budapest actualiza la más dolorosa tragedia de Eurípides. Dignidades perdidas, veneno y rencores varios. Por Marga F. Rosende
Medea le planta cara a su papi para seguir a Jasón, pero este la repudia para casarse con otra. Para convencerla, Jasón le cuenta a Medea una milonga del tipo “lo-hago-por-tu- bien-querida” y le da una palmadita en la espalda. Pero Jasón no sabe con quien se las juega. Medea, tras dejar unoscuantos fiambres on the road, llegará a sacrificar por amor lo que más ama, sus propios hijos. Medea, con su “torva mirada de leona recién parida”, nunca fue un personaje políticamente correcto. Ya hace muchos siglos, le costó al aristocrático Eurípides soportar una campaña de injurias en plan Salsa Rosa que lo acusaba de ser hijo de una verdulera. Fue la consecuencia de mostrar pasiones tan humanas, dignidades trufadas de rencor y asesinato. Fémina muy alejada de las mujeres contenidas e idealizadas de Sófocles, Medea, extranjera, maga y mujer siempre al borde de un ataque de nervios brama, y pone velas negras. La compañía Katona de Budapest, bajo la dirección Gábor Zsámbéki y con más medallas que la Macarena, nos pone la piel de gallina con esta Medea que arrastra dolor y rumia venganza por un erial de piedras. La escenografía, como las casasjaponesas, parece diseñada para destacar la figura humana. La obra se representa en húngaro sobretitulado en castellano, pero el lenguaje hasido sutilmente actualizado y pronto se olvidan las barreras idiomáticas. La primera tragedia griega que se representa en La Abadía. Estupenda.
MEDEA
de Eurípides.
Dirección: Gábor Zsámbéki.
Producción: Katona (Budapest).
Teatro La abadía. Madrid.
www.teatroabadia.com
10 y 11 de junio.