ANITTA SPLIT

Se acabó la tele y ahora hay que hacer algo para no morir de aburrimiento. O de otra cosa, que el marco de la historia es un país en guerra. Por J. Elliot
Se presenta como comedia, pero habría que verlo, mire usted. O por lo menos habría que practicarle la prueba del algodón. La situación: una país destripado por la guerra, en el que ya no hay más tele, y eso se siente. Se siente hondo. Es lo que le ocurre a un cuarteto de supervivientes: Marja, Dimitri, Viktor y Branko. De pronto, tras haberse pasado media vida aturdidos con la parla y los ruidos de la máquina catódica, nada de nada de nada. Un silencio fulgurante. Atómico. Vacío. Así que los cuatro habrán de apañarse si quieren llenar sus existencias sin la sobredosis de entretenimiento, noticias y demás torceduras de la realidad que suele servir la pantalla amiga. Pero que nadie se asuste. Material de que hablar no le falta a esta gente. Hay quien ha desertado. Otro ha estafado. Algún otro ha matado. “¿Qué pasaría si un día la tele callase?”, se preguntó el autor como punto de partida para esta aventura escénica. El mismo autor, Josep Julien, es uno de los actores de esta comedia mediática, o mejor dicho postmediática. Ergo: tanto las quejas como los elogios se le pueden plantear a la cara –amistosamente, por favor– nada más acabar la representación. Dirige un incombustible de la experimentación teatral peninsular, don Manuel Dueso. A destacar también los diseñadores del espacio escénico. Son Max Glaenzel y Estel Cristià, dos habituales de estas lides en la Barcelona de 2006, a cuyo Festival Grec, cómo no, pertenece esta Anitta Split.
ANITTA SPLIT
Autor: Josep Julien.
Director: Manuel Dueso.
Intérpretes: Josep Julien, Marissa Josa y Albert Ribalta, entre otros.
Teatre Villarroel (Barcelona).
www.barcelonafestival.com
Del 4 al 30 de julio.