ARBUSHT

George W., el hombre fuerte y medio tonto de la Casa Blanca, en su apoteosis catalana como personaje deplorable de la actualidad.
Debería empezar a cobrar en concepto de musa aunque se afeite. Lamentado en ambos hemisferios de esta patraña verdiazul denominada Tierra, Mr. George Walker Bush va a terminar pasando a la historia como el payaso malvado del nuevo milenio. Así lo están pintando para la posteridad desde obras de teatro como la presente Arbusht hasta los papelitos con chistes penosos que envuelven los deliciosos productos masticables de ciertas marcas de chicle o goma de mascar. De lo segundo ya se ocupará quien le competa. De lo primero, lo escénico, eso sí que es cosa nuestra. En concreto, Arbusht. A esta altura del universo, nadie en él, o sea en el cosmos, ignora que el inquilino de la Casa Blanca es, cuando menos, un orador temible. Temible por las estupideces que puede llegar a proferir con unos cafetitos de más. “Creo que la guerra es un lugar peligroso.” Vaya. “La gran mayoría de nuestras importaciones vienen de fuera del país”. Sublime. De modo que Paco Zarzoso, el autor de Arbusht, ha podido descansar en cuanto a diálogos con semejantes bocadillos made in The White House. Más chunguillo que el dramaturgo valenciano lo tiene Julio Manrique, en el que recae el peso de esta comedia catalanoparlante y mundojusticiera al interpretar a ya se sabe quién. El presi que debería ir preso por ser tan bestia en todos los sentidos. A la batuta, sin música, Àlex Rigola, en un espectáculo muy Lliure, claro.
ARBUSHT
Autor: Paco Zarzoso.
Director: Àlex Rigola.
Intérpretes: Julio Manrique, Sandra Monclús, Pere Arquillué.
Teatre Lliure - Espai Lliure (Barcelona).
Del 5 al 30 de julio.
www.teatrelliure.