MÓBIL

Tío y trío de tías se relacionan tras un atentado gracias al maldito telefonito inalambriquito. Es lo último de Sergi Belbel. Comanda Lluís Pasqual. Por Julián Elliot
Los cables pueden cruzarse en cualquier momento. Y en Mòbil lo hacen. Por lo pronto, el último texto generado en la factoría Belbel arranca de un hecho trágico: del desalojo de un aeropuerto debido a un atentado terrorista. Los cuatro personajes (un ama de casada quemada, una treinteañera cansada de su existencia, una egocéntrica y un chulo veinteañero) que estaban en el lugar, se encuentran entonces desplazados a un hotel.
Un mundo alterado, los vínculos humanos y, claro, el puto móvil son los ejes de la acción en esta criatura belbélica. Dicha mezcla de elementos, ni más ni menos que los cotidianos de la población occidental actual, da pie a que la obra sea a la vez un retrato cáustico de la sociedad circundante, una comedia romántica y un catálogo de situaciones surrealistas. Porque al teléfono nos transformamos en tecnópatas. Decimos cosas que ni se nos ocurriría espetar frontalmente a nadie. Sergi Belbel explota en Mòbil éstas y otras facetas extrañas de las relaciones contemporáneas. Siempre en clave amable, con una pizca de acidez y varios paseos por el absurdo y el desparpajo.

MÒBIL
Autor: Sergi Belbel.
Director: Lluís Pasqual.
Intérpretes: Carles Francino, Maife Gil, Marta Marco
Teatre Lliure (Barcelona).
Hasta el 18 de febrero.
www.teatrelliure.com